miércoles, 28 de enero de 2015

We crave a different kind of buzz



"live a life you will remember"









Raros e impredecibles. Borrosos e inolvidables. Así son mis días y así espero que sean durante mucho tiempo.

Porque cuando empiezas a encontrar lo que te gusta, lo que te apasiona y la forma en la que quieres vivir para que dejarlo ir. Porque cuando eres joven vivir la vida es lo que cuenta. Lo que no cuentan es que eres joven hasta el día que mueres, y así se les olvida vivir demasiado pronto. Porque mueres el día que se te olvida vivir y disfrutar de la vida aunque el corazón te siga latiendo.

Y de vivir la vida créeme que estoy empezando a aprender. Aprendiendo de y con los mejores con los que se puede aprender. Tus amigos. Porque oh dios mis amigos. Son raros e impredecibles, borrosos e inolvidables, como mis días.

¿Sabes ese tipo de amistad que perdura a pesar de haber estado años sin saber de la otra persona?, ese tipo de amistad que la putada mas grande se perdona en un día con unas cañas y se empieza de cero, porque quien cojones quiere tener rencor a sus amigos.

Ese tipo de amigos que no pegáis ni con cola pero sois exactamente lo que necesitáis, porque os complementáis mejor que la pizza y el queso.

Esa amiga con la que puedes estar un día entero tirada en la cama sin hablar, simplemente por el placer de no estar sola. Porque a veces la soledad es aterradora y necesitamos ese amigo que nos haga ver que jamas estaremos solos.

Ese amigo con el que después de una noche de fiesta te echas en cara que la gente rara que la lió esa noche fue culpa tuya por pasarte de sociable y adjuntar a todo perro pichichi a salir con vosotros.

Por esos amigos de "una y casa" que al final acabas dos días rememorando la noche porque si fue una... detrás de otra y para casa.

Esas amigas que estas mal y tardan 15 minutos en llamar al timbre con pizza de la mano y una expresión de " si de verdad quieres estar sola nos vamos, pero te hemos traído pizza".

Esos amigos que te riñen mas que tu madre, porque seamos sinceros, un amigo lameculos no es un buen amigo. Sin amigos que nos pongan los pies en la tierra volaríamos hasta el espacio, y lo siento mucho en el espacio sin traje espacial no se puede sobrevivir.

Y sobretodo esos amigos que mientras seas feliz se alegran de todo, les parezca mas o menos bien, si te hace feliz es lo que cuenta. Eso si, basta con que solo una vez no te haga feliz para conseguir su odio.

Porque no nos engañemos, la finalidad ultima de un buen amigo es ver felices a los que quiere. Y de eso se bastante. Porque una cosa es segura me dejaría la piel por la felicidad de cada uno de ellos, y se que ellos se la dejarían por mi. Y eso joder, eso es lo que mueve el puto mundo, y me alegro mucho de haberlo descubierto a tiempo, que quien tiene un amigo de verdad tiene un tesoro y yo, yo ya necesito dos manos para contar mis amigos de verdad.

 Y creedme soy la persona mas afortunada de este mundo.


















miércoles, 7 de enero de 2015

Porque puedo.

Ayer, hable con un gran amigo sobre los trenes. Y como cada uno de nosotros nos enfrentamos a ellos. Hay quien se pasa la vida en la parada de tren, esperando a que llegue el tren correcto, pensando, decidiendo, sobre algo que no para de pasar de largo, y después se pasa el rato arrepintiéndose de no haber cogido ese tren.

Luego están los que se montan en el primer tren que pasa, pero se estancan ahí, nunca saben cuando es el momento de bajar, ni cual es la mejor parada para proseguir su camino. Y en fin, así se quedan, en un tren que solo marcha linea recta preguntándose porque en su vida no pasa nada nuevo.

El problema de los trenes, como en la vida, es que nunca se quedan parados demasiado tiempo, y solo tienes unos pocos segundos para decidir si lo tomas o lo dejas. Pero luego puedes pasarte toda una vida arrepintiéndote de esa decisión. Porque seamos francos, da igual lo que escojamos, nos encanta vivir en el "y si..."

Yo decidí tomar tu tren, no me preguntes porque, simplemente sonaba divertido, una aventura. Me arriesgue con todo el equipo y tarde tres segundos en decidir que subiría me costase lo que me costase, y no me arrepiento. Pero la aventura se volvió monótona, es otro problema que tienen los trenes, van siempre por el mismo camino,tienen una linea trazada por la que se deben mover. Y lamentablemente tu tren no tenia paradas, no había forma de bajarse y eso daba miedo. Veíamos como se estaba descarrilando y no teníamos medio de frenarlo.Solo quedaba saltar, y joder si salte, salte tan fuerte como pude, pero lo que no se suele tener en cuenta es que saltar de un tren en marcha deja huella.

Al saltar te rompes, depende de lo que rápido que vayas duele mas o duele menos, pero una cosa es segura, siempre duele. Y así me rompí, pero por fin había bajado del tren, a veces merece la pena romperse ¿sabes?. Porque una cosa es cierta, todo se cura, y las heridas que me hice al saltar van curando, aunque por supuesto quedan las cicatrices, esas siempre quedan. El cuerpo es sabio, y no te deja olvidar las lecciones importantes de la vida.

Y así voy, llena de cicatrices, y a veces con molestias, pues aunque las heridas curen, no todas sanan igual de rápido. Pero una cosa es segura, me alegro de saltar, ¿sabes por que ? porque he aprendido que quizá los trenes sean una perdida de tiempo. Si, te hacen llegar mas rápido, pero no por ello mas satisfecho, y cuando no sabes hacia donde vas no importa lo rápido que llegues.

Por eso mismo he decidido que quizá lo mejor es andar, por donde quieras, como quieras y a tu ritmo. Porque lo bueno que tiene andar es que eres tu el único que decide como y hacia donde vas, y así es mas difícil arrepentirse.

Puedes ir mas rápido, lento o simplemente pararte a admirar el paisaje. Descubrir nuevos lugares donde nadie ha estado antes, re-descubrirte a ti mismo y hacer todo aquello que siempre quisiste hacer porque ya nada te ata, ya no hay un horario, ni unas paradas, ni un camino trazado, ni absolutamente nada que te pare.

Entonces quizá, solo quizá, ya sea hora de que abandonemos los trenes que no nos llevan a ninguna parte, las paradas por las que nunca pasa un tren de nuestro gusto o las estaciones donde filosofamos sobre a donde queremos ir pero nunca nos movemos. Y comenzar a andar, porque podemos, y porque supongo que mientras no sepamos a donde queremos ir, podemos disfrutar el viaje.Y en algún momento de ese viaje llegaremos a algún lugar y sabremos enseguida que es ahí donde nos han guiado siempre nuestros pasos.